Las ramificaciones del Gaslighting en entornos profesionales son profundas. Soportar dudas y críticas constantes sobre uno mismo puede erosionar el sentido de autoestima y confianza, lo que a su vez afecta su autoeficacia y compromiso en su entorno laboral.

El gaslighting exacerba el riesgo de angustia emocional, fomentando sentimientos de vergüenza, culpa, ansiedad, depresión e incluso síntomas de trastorno de estrés postraumático. Esta manipulación psicológica a menudo conduce al aislamiento de colegas, amigos y familiares, lo que exacerba el ciclo de gaslighting.

Además, el deterioro cognitivo puede manifestarse cuando las personas luchan por mantener la atención o la concentración en medio de la manipulación psicológica que enfrentan. Las víctimas a menudo interiorizan la noción de que ellas son el problema, agravada por el miedo a no ser validadas o no creídas por los demás.

En última instancia, las consecuencias se extienden a una reducción del compromiso, el rendimiento y la productividad en el trabajo, creando un impacto perjudicial tanto para el individuo como para el lugar de trabajo en su conjunto.