El productor ruso de cobre RCC y empresas chinas han evitado impuestos y el impacto de las sanciones occidentales al comerciar alambrón de cobre nuevo disfrazado de chatarra, según tres fuentes familiarizadas con el asunto, informó Reuters.
Un intermediario deshizo alambrón de cobre en la remota región uigur de Xinjiang, China, para hacerlo difícil de distinguir de la chatarra, permitiendo que tanto exportadores como importadores se beneficiaran de las diferencias en los aranceles aplicados a la chatarra y al metal nuevo.
El derecho de exportación de Rusia sobre las varillas de cobre fue del 7% en diciembre, inferior al impuesto del 10% sobre la chatarra. Las importaciones de varillas de cobre en China están sujetas a un impuesto del 4%, pero no se aplican derechos a las importaciones de chatarra rusa. No existen obstáculos legales que impidan a China comprar metal de empresas rusas bajo las sanciones occidentales, pero los fabricantes temen perder negocios de exportación frente a clientes, incluidos los de Estados Unidos y el Reino Unido, si se sabe que están haciendo negocios con empresas rusas.
Según las fuentes, algunas empresas chinas han creado nuevos equipos para ocuparse de los negocios relacionados con Rusia. Las sanciones estadounidenses, diseñadas para minimizar los ingresos por exportaciones de Rusia, también pueden significar dificultades para procesar los pagos en dólares, ya que el comercio internacional normalmente se realiza en esta moneda.
Las ventas de metal nuevo disfrazado de chatarra, que comenzaron en diciembre, se reflejan en una discrepancia entre los datos chinos y rusos. No hay diferencia entre las sanciones impuestas a la chatarra y a las varillas de cobre. Los datos de aduanas chinas mostraron que China ha comprado significativamente más chatarra de cobre a Rusia desde diciembre, mientras que las cifras rusas, obtenidas por Reuters de un proveedor de datos comerciales, mostraron que la cantidad de chatarra exportada al mayor socio comercial del país era insignificante.
Fuente: Reuters