Trump impulsa minería en aguas profundas para reducir dependencia de minerales críticos de China

Trump impulsa minería en aguas profundas para reducir dependencia de minerales críticos de China

Washington, D.C. — El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que busca dinamizar la minería en aguas profundas dentro de la jurisdicción estadounidense, en un esfuerzo estratégico por reducir la dependencia de China en la cadena de suministro de minerales críticos como níquel, cobre, manganeso y cobalto, esenciales para la tecnología moderna y la transición energética.

La medida instruye a la administración a agilizar los permisos de minería submarina bajo la Ley de Recursos Minerales Duros de los Fondos Marinos Profundos de 1980, además de establecer un proceso para emitir concesiones en la Plataforma Continental Exterior de Estados Unidos. También contempla la elaboración de un mapa de zonas potenciales de exploración y cooperación internacional para aprovechar recursos en aguas internacionales.

“Queremos que Estados Unidos supere a China en este espacio de recursos bajo el océano, en el fondo del océano”, dijo un alto funcionario del gobierno, citando el interés creciente en reducir la influencia del país asiático en los mercados de minerales estratégicos.

Potencial económico y geopolítico

Según estimaciones oficiales, más de mil millones de toneladas métricas de nódulos polimetálicos —rocas del tamaño de papas ricas en minerales— yacen en aguas estadounidenses. Su explotación podría aumentar el PIB nacional en 300 mil millones de dólares en una década y generar hasta 100,000 empleos, de acuerdo con el mismo funcionario.

El anuncio provocó un fuerte impacto en los mercados. Las acciones de The Metals Company, una de las principales firmas del sector, subieron cerca de un 40%, alcanzando un máximo anual tras conocerse la noticia.

Avances y controversias

La orden busca posicionar a Estados Unidos frente a la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés), organismo respaldado por la ONU que regula la minería en aguas internacionales, y cuya normativa aún se encuentra en proceso de definición por falta de consenso técnico y ambiental.

A pesar de que EE. UU. no ha ratificado la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, las empresas mineras ya muestran interés en aguas bajo soberanía estadounidense. Entre ellas se encuentran Impossible Metals, que recientemente solicitó acceso a depósitos cerca de Samoa Americana, y firmas internacionales como Blue Minerals Jamaica, China Minmetals y Marawa Research and Exploration de Kiribati.

Sin embargo, organizaciones ambientalistas han levantado fuertes críticas, advirtiendo que la actividad minera submarina puede provocar una pérdida irreversible de biodiversidad, afectando ecosistemas marinos aún poco explorados.

Un giro en la política minera

El impulso a la minería submarina forma parte de una ofensiva minera más amplia de la administración Trump. La semana previa, el gobierno aceleró permisos para 10 nuevos proyectos mineros en tierra y aprobó uno de los mayores proyectos de cobre del país.

Aunque la orden utiliza el término “tierras raras” para englobar a todos los minerales críticos, las autoridades aclararon que los nódulos no necesariamente contienen elementos como neodimio, característicos del grupo de tierras raras.

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