• La incorporación de la inteligencia artificial, en línea con un conjunto de datos que sea confiable y robusto para entrenar modelos mediante machine learning, pueden entregar predicciones certeras sobre el tipo de roca de la muestra para lograr una mejor perforación.

América Latina.- Con nuevos bríos avanza la exploración minera en América Latina impulsada por la demanda de minerales necesarios para la transición energética global, como el cobre y el litio, principalmente. Perú, por ejemplo, espera duplicar su cartera de proyectos de exploración, pasando de 75 a 150 proyectos en los próximos años, en gran parte gracias a su potencial geológico y al interés de las empresas mineras internacionales.

Chile, por su parte, atrae casi el 25% del presupuesto total de exploración minera en la región, con más de 200 proyectos en desarrollo, mayormente enfocados en el cobre y el oro. Según cifras del Consejo Minero, a julio de 2024, hay 226 proyectos de exploración minera en Chile, provenientes principalmente desde Canadá (51%) y Australia (24%). La gran mayoría de estas iniciativas están concentradas en el segmento cobre (53%), oro (26%) y litio (11%). Asimismo, geográficamente, gran parte de los prospectos se encuentran en la zona norte del país, alcanzando una concentración del 91% en las primeras cinco regiones, entre las que resaltan Atacama, Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso y Tarapacá.

Pero pese a estas auspiciosas cifras, uno de los desafíos actuales que presenta la minería latinoamericana y a nivel mundial en general, es que las perforaciones son cada vez más profundas. Para Felipe Bugueño, geocientífico de Veracio (empresa pionera en IA y soluciones de geología integrada con ciencia y OBK), actualmente se está produciendo una gran cantidad de material perforado, cuya información geológica y estructural no está siendo completamente aprovechada o gestionada.

Para enfrentar este problema, la automatización y la IA están contribuyendo a hacer más eficiente la gestión de la big data. De hecho, expertos coinciden en que estas tecnologías están impactando en el proceso de exploración, permitiendo a las compañías mejorar la eficiencia en la detección y análisis de yacimientos, un fenómeno que está ocurriendo particularmente en países como México, Brasil y Argentina.

“La incorporación de la inteligencia artificial, en línea con un conjunto de datos que sea confiable y robusto para entrenar modelos mediante machine learning, pueden entregar predicciones certeras sobre el tipo de roca de la muestra y la alteración hidrotermal asociada a la misma, así como una caracterización estructural de los testigos de perforación. A esto se suma la rápida entrega de esta información al equipo de geología, lo que genera una simbiosis entre ambos y optimiza el proceso de mapeo geológico y geotécnico”, dice el experto.

Bugueño hace hincapié en que la entrega de la geoquímica asociada a los testigos de perforación casi en tiempo real tiene múltiples impactos. Uno de los más relevantes es disponer rápidamente de un conjunto de datos robusto, consistente y sin sesgo, con el cual es posible tomar una decisión sobre si continuar o modificar las campañas de perforación.

Una de las tecnologías que está generando un cambio en esta etapa de la exploración minera es TruScan, que impacta positivamente en la gestión y gobernanza de los datos y automatiza la cadena de gestión de la información, minimizando los errores asociados a las diferentes etapas de los flujos de trabajo manuales que se realizan actualmente.

“Sumado a ello, tiene un impacto a nivel logístico y operacional, ya que la rápida entrega de la geoquímica mediante TruScan permite a los equipos de geología realizar una selección de las muestras que serán preparadas y enviadas a laboratorio”, explica Felipe Bugueño.

Hoy la minería está dando pasos agigantados hacia una mayor precisión de los datos, donde la tecnología juega un rol esencial a la hora de obtener información en tiempo real. Los geólogos se están beneficiando de estas nuevas soluciones que les permiten gestionar sus campañas de perforación en términos de tiempo, logística y una mejor operación, con el fin de que América Latina siga siendo una región clave para la exploración minera.