A medida que las minas subterráneas adoptan la automatización, el verdadero valor de esta tecnología no solo radica en las máquinas, sino en el soporte que las respalda. La capacitación continua, el mantenimiento especializado y los servicios posventa se han convertido en pilares esenciales para asegurar productividad, seguridad y retorno de inversión sostenido.
Sandvik Mining ha comprendido que la automatización minera requiere más que sistemas avanzados: necesita un ecosistema de soporte permanente que mantenga y amplifique su valor a lo largo de la vida útil de la mina.
Más allá de la puesta en marcha
La implementación inicial de sistemas autónomos representa solo el primer paso. Muchos proyectos pierden valor con el tiempo por falta de mantenimiento preventivo, capacitación continua o una gestión del cambio adecuada.
Como señala Niel McCoy, Director Global de Automatización Posventa en Sandvik Mining, los sistemas automatizados dependen de sensores, software y rutinas de mantenimiento precisas. “Si algo no funciona según lo programado, la productividad se ve afectada. Por eso, las minas necesitan prácticas operativas y sistemas de mantenimiento sólidos”, explica.
Con base en esta visión, Sandvik desarrolló sus Soluciones de Soporte del Ciclo de Vida AutoMine®, un programa escalable que integra mantenimiento predictivo, asistencia técnica remota y presencial, gestión de repuestos, actualizaciones de software y revisión anual de desempeño.
Gestión del cambio y desarrollo de competencias
La automatización redefine procesos completos dentro de la mina, desde la logística de los turnos hasta la manera de abastecer y operar el equipo. Si no se gestiona el cambio de manera deliberada, incluso los sistemas más avanzados pueden quedar subutilizados.
Por ello, Sandvik integra la gestión del cambio como parte central de su servicio, acompañando a las minas en la transición hacia operaciones autónomas plenas.
Otro componente clave es la capacitación continua. El programa AutoMine® incluye formación en línea, simuladores, herramientas de realidad virtual y entrenamiento en campo, garantizando que operadores y técnicos mantengan sus habilidades actualizadas. “La capacitación no puede ser una ocurrencia tardía”, afirma McCoy. “Es el motor de la adopción tecnológica y la resiliencia operativa”.
Soporte flexible y adaptativo
Cada mina tiene necesidades distintas. En Sudamérica, por ejemplo, muchas operaciones optan por soporte presencial permanente; en Australia, en cambio, predominan los modelos remotos e híbridos. Por ello, las soluciones de Sandvik se ajustan a cada contexto, con esquemas de asistencia que evolucionan junto con la operación.
Este enfoque adaptable convierte el soporte en una asociación a largo plazo, más que en un contrato de mantenimiento.
El futuro: inteligencia artificial y captura del conocimiento
Sandvik ya trabaja en incorporar inteligencia artificial para documentar y difundir el conocimiento práctico de sus especialistas, asegurando que la experiencia acumulada esté disponible globalmente. Así, un técnico en un sitio remoto puede acceder al mismo nivel de soporte que un experto en un centro de excelencia.
Esto reducirá tiempos de respuesta, mejorará la consistencia de los resultados y fortalecerá la autonomía técnica de las minas.
La minería autónoma no solo redefine cómo se opera una mina, sino también cómo se mantiene y se gestiona el conocimiento. El soporte posventa, la capacitación y la gestión del ciclo de vida son los factores que determinan si una inversión tecnológica se convierte en una ventaja competitiva o en un activo subutilizado.
En palabras de McCoy:
“Para tener éxito con la automatización, las minas necesitan dos cosas: las competencias adecuadas y los procesos correctos. Sin ellos, el potencial de la tecnología simplemente no se alcanza.”
La excelencia posventa ya no es un complemento: es la base sobre la que se construye el futuro de la minería autónoma.
