Sandvik impulsa la especialización técnica en barrenación larga con simulador en Zacatecas
Del 5 al 7 de noviembre, el Centro de Servicio de Sandvik en Zacatecas recibió a personal de distintas operaciones
Luego de casi treinta años de haber sido adoptado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Convenio 176 sobre seguridad y salud en las minas está próximo a ser ratificado por México. El Senado de la República se alista para aprobar este instrumento internacional, cuyo objetivo es fortalecer las medidas de protección laboral en uno de los sectores con mayor riesgo del país.
El dictamen, elaborado por las Comisiones Unidas de Organismos Internacionales, Relaciones Exteriores y Minería, será presentado ante el pleno este martes. Con su aprobación, México deberá ajustar su marco normativo en materia de seguridad minera para alinearse con los estándares establecidos por la OIT.
El convenio, adoptado en 1995, establece reglas sobre vigilancia, control y prevención de riesgos en las minas, e instruye a los Estados a definir normas técnicas y recomendaciones prácticas con la participación de empleadores y trabajadores del sector.
La iniciativa fue enviada al Congreso en los últimos meses del gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, pero permaneció detenida por un año hasta su reciente reactivación. En su exposición de motivos, el Ejecutivo destacó que la adhesión de México al convenio ayudará a prevenir muertes por accidentes y enfermedades laborales, citando el caso de Pasta de Conchos (2006) como un ejemplo de las consecuencias de la falta de supervisión adecuada.
De acuerdo con cifras oficiales, la minería genera más de 416 mil empleos directos en el país. Sin embargo, se mantiene como una de las actividades de mayor riesgo, debido a la exposición de los trabajadores a gases tóxicos, desprendimientos, explosiones, falta de oxígeno y visibilidad limitada en labores subterráneas, de acuerdo a señalamientos de autoridades.
La ratificación del Convenio 176 representará un paso importante para actualizar los estándares de seguridad en la minería mexicana, alineándolos con las mejores prácticas internacionales.
