En el corazón del semidesierto zacatecano, 14 corazones cocineros se reunieron para compartir mucho más que alimentos: ofrecieron un homenaje vivo a las raíces gastronómicas de nuestra tierra, justo en esta temporada de Cuaresma.
Desde el pipián y los nopalitos frescos, hasta la clásica capirotada, las tortitas de camarón y papa, y el dulce arroz con leche, cada platillo contó una historia. El menú también incluyó delicias únicas como los cabuches, esos preciados guisos elaborados con flores de cactus 🌵, todo acompañado de aguas frutales que refrescaron tanto el cuerpo como el alma.
🌟 Esta jornada fue mucho más que una comida comunitaria: fue un acto de amor, identidad y tradición, que fortalece los lazos entre generaciones y vecinos.
👏 ¡Gracias a quienes con su sazón mantienen viva nuestra herencia cultural!
