Noruega construye una de las obras de ingeniería más ambiciosas de su historia: el túnel Rogfast, una infraestructura de doble tubo que alcanzará 27 kilómetros de longitud y descenderá hasta 392 metros bajo el nivel del mar. Cuando entre en operación en 2033, será el túnel submarino para carretera más largo y profundo del planeta.
El proyecto forma parte de la autopista costera E39, una ruta de 1,100 kilómetros que hoy requiere 21 horas de recorrido y hasta siete ferris. La meta es eliminar por completo estos cruces marítimos y reducir a la mitad el tiempo total de viaje, algo que, según estimaciones, no se logrará antes de 2050. Aun así, el Rogfast acortará en unos 40 minutos el trayecto entre Bergen y Stavanger.
La obra, a cargo de empresas como Skanska, incluye dos tubos separados con dos carriles cada uno y una doble rotonda subterránea a 260 metros de profundidad, desde donde se conectará un enlace hacia la isla de Kvitsøy. Su costo estimado ronda las 25,000 millones de coronas noruegas (unos 2,100 millones de euros).
El túnel se perfora desde ambos extremos con una precisión máxima de cinco centímetros. Para lograrlo, los ingenieros utilizan escáneres láser que generan millones de puntos de datos por segundo para crear un gemelo digital y garantizar que las excavaciones sigan exactamente los planos, evitando costos y residuos adicionales.
Los mayores desafíos se concentran en el sellado de la roca a profundidades superiores a los 300 metros bajo el mar, donde ya se han registrado filtraciones de agua salada. También se instalará un sistema avanzado de ventilación y monitoreo con cámaras y radar para mantener condiciones seguras para los conductores.
Aunque el cierre de ferris implicará pérdida de empleos, el proyecto impulsará nuevas oportunidades para las comunidades costeras al mejorar la movilidad, reducir costos logísticos y fortalecer sectores como la pesca y los servicios locales. Rogfast también generará miles de empleos durante la construcción.
Pese a no ser el túnel más largo del mundo —título que mantiene el Seikan en Japón— sí será el más profundo bajo el nivel del mar, superando tanto al Seikan como al Eurotúnel.
