• Si Moscú limita exportaciones sacudirá el mercado de materias primas y la cadena de suministro, avisa el banco
• Es uno de los principales productores de aluminio y paladio.

Citigroup advirtió a sus clientes sobre los riesgos de que Rusia utilice como arma sus exportaciones de materiales como aluminio, paladio y combustibles nucleares, lo que puede provocar aumentos de precios de estas materias primas fundamentales.

Ninguno de estos materiales, que se utilizan en la producción industrial y de energía, ha sido objeto de sanciones de Occidente o restricciones a la exportación por parte de Rusia desde que comenzó su invasión a gran escala de Ucrania hace un año.

Cualquier medida de Rusia para restringir las exportaciones de estos materiales sacudirá todos los mercados de materias primas, provocando una disrupción en las cadenas de suministro mundiales y creando problemas para los fabricantes y los grupos automotrices. El país representa alrededor de una cuarta parte de la producción mundial de algunos metales.

“Utilizar como arma las exportaciones rusas de metales puede estar a la vuelta de la esquina”, dijo Max Layton, jefe de investigación de materias primas de Europa, Medio Oriente y Asia en Citi.

La advertencia marca un cambio respecto a las opiniones anteriores de Citi sobre cómo la guerra puede desestabilizar los precios de los metales, que han sido más conservadoras.

Moscú no ha indicado que tenga planes de reducir las exportaciones de metales, pero ya recortó suministros de energía al exterior, que constituyen una fuente de ingresos mucho mayor. El año pasado, Rusia redujo sus exportaciones de gas a Europa, desencadenando una crisis de energía, y el mes pasado anunció un recorte a la producción nacional de petróleo en alrededor de 5 por ciento.

“El uso del gas por parte de Rusia, y hablar de recortes en la producción de petróleo, ha ido directo a los artículos de alto valor”, dijo Layton. “Hay una serie de materias primas más en medio, que han pasado desapercibidas”.
A medida que el conflicto continúe, más materias primas se verán envueltas en él, dijo Layton. “Observas a tu alrededor y te preguntas qué puede ser lo siguiente”.

El aluminio empezó a verse envuelto en el conflicto hace dos semanas, cuando Estados Unidos impuso un arancel de 200 por ciento a la importación de aluminio ruso. Hasta ahora, ningún otro país occidental ha seguido su ejemplo.

Muchos ejecutivos de la industria creen que Occidente ha evitado imponer sanciones a los metales rusos porque son fundamentales para la fabricación y serán difíciles de sustituir.

Rusia produce casi una cuarta parte del paladio mundial, que se utiliza en los catalizadores de los vehículos, y exporta la mayor parte de lo que produce.

También es uno de los principales exportadores de aluminio, ya que suministra alrededor de 15 por ciento del aluminio que se comercializa en el mundo.

En cuanto al platino, que representa alrededor de 11 por ciento de la producción mundial de refinado, la producción en el cuarto trimestre del año pasado cayó 10 por ciento debido a los problemas logísticos para transportar el material desde Rusia hasta las plantas de procesamiento finlandesas.

“La realidad para los metales del grupo del platino, sobre todo en lo que respecta al uso final de la industria automotriz, es que en el mercado no hay suficientes alternativas para sustituir a Rusia”, dijo Ed Sterck, director de investigación del Consejo Mundial de Inversiones en Platino.

Algunas empresas occidentales ya empezaron a “autosancionarse”, evitando el uso de materiales rusos, algo que creó una prima para las alternativas no rusas en mercados como el aluminio y el níquel.

La Bolsa de Metales de Londres también informó en febrero de que el metal ruso se estaba acumulando en sus almacenes, con 41 por ciento de las existencias de aluminio primario y 95 por ciento de las de cobre de origen ruso, señal de que algunos consumidores están evitando esos recursos.

Y algo que es aún más importante, Rusia es un gran exportador de combustibles nucleares debido a sus recursos de uranio y su gran capacidad de procesamiento nuclear. La preocupación por las posibles restricciones de Occidente al combustible nuclear ruso ya disparó los precios del procesado a niveles récord.