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Durante décadas, se ha popularizado la idea de que cada hemisferio del cerebro humano tiene funciones completamente distintas y que las personas tienden a ser "dominadas" por un lado: o lógicas y analíticas si usan más el hemisferio izquierdo, o creativas e intuitivas si predomina el hemisferio derecho. Esta teoría, aunque basada en ciertos principios neurofisiológicos reales, requiere matices importantes.
El hemisferio izquierdo del cerebro, en la mayoría de las personas diestras, se considera dominante para habilidades como:
En la imagen que acompaña este artículo, este hemisferio se representa con engranajes, circuitos y elementos mecánicos que aluden a una estructura racional y organizada. Es el lado del análisis, la crítica y la precisión.
El hemisferio derecho, por su parte, está más involucrado en:
Visualmente representado con colores suaves y elementos fluidos, este lado simboliza la creatividad, la emoción, la curiosidad y la imaginación. Es el hemisferio que ayuda a interpretar el lenguaje no verbal y a conectar con lo simbólico y lo emocional.
Aunque esta división ha sido útil para entender la especialización cerebral, es fundamental reconocer que ambos hemisferios trabajan juntos de forma integrada a través del cuerpo calloso, una estructura que permite la comunicación entre ellos. La lateralización cerebral existe, pero no es absoluta ni rígida.
Por ejemplo, una persona que escribe una novela utiliza tanto el hemisferio izquierdo para estructurar frases correctamente como el derecho para crear personajes y escenarios. Del mismo modo, resolver un problema matemático complejo puede requerir intuición espacial y creatividad, además de lógica pura.
La idea de que una persona “usa solo un lado del cerebro” es un mito simplista. Todos utilizamos ambos hemisferios constantemente, y las diferencias individuales en estilo de pensamiento no siempre se corresponden con una lateralización neurológica estricta.
Debemos recordar que el cerebro humano es una red altamente interconectada y adaptable. La inteligencia, la creatividad y la lógica no pertenecen a un solo lado, sino al conjunto del cerebro trabajando en armonía.