Mientras en el Centro de Congresos de Toronto se vivía la energía vibrante de Skills Ontario 2025, donde más de 150 jóvenes del Team Sudbury, acompañados de 34 entrenadores, demostraban su talento en 47 competencias técnicas y tecnológicas, en México aún hay muchas universidades y centros tecnológicos que siguen basando su enseñanza exclusivamente en la teoría, ¿falta de equipo?, ¿instructores sin experiencia práctica?, ¿apatía?, ¿vinulcación con la industria deficiente?
Este evento canadiense, que cuenta con el respaldo de empresas como Manitoulin Transport, no solo celebra la destreza técnica, sino que demuestra con hechos el poder transformador de una educación práctica, enfocada en competencias reales y aplicables al entorno productivo.
Más allá de los libros: educación que se traduce en empleabilidad
Mientras los jóvenes en Canadá operan maquinaria de última generación, desarrollan software, diseñan circuitos o resuelven problemas de soldadura en tiempo real, muchos estudiantes en México siguen sin acceso a talleres funcionales, sin contacto con la industria y sin prácticas reales que los preparen para un mundo laboral cada vez más competitivo.
Skills Ontario también incluye espacios como las conferencias para Mujeres Jóvenes y Primeras Naciones, donde se impulsa la inclusión y la diversidad en los oficios técnicos. Este enfoque no solo forma talento, sino que rompe barreras sociales y de género, abriendo oportunidades para todos.
¿Y en México? El reto es mayor, pero también la oportunidad
El modelo canadiense debe inspirar a los centros universitarios tecnológicos de México a:
Establecer alianzas reales con la industria minera, manufacturera, energética y tecnológica.
Actualizar sus talleres con equipos que respondan a estándares actuales.
Formar a docentes no solo como académicos, sino como entrenadores técnicos con experiencia de campo.
Incluir a mujeres, jóvenes indígenas y comunidades rurales como parte central del desarrollo técnico.
La experiencia internacional como motor de cambio
Eventos como Skills Ontario demuestran que la educación técnica no es de segunda categoría. Al contrario, bien estructurada, con bases prácticas sólidas, puede ser la vía más rápida y efectiva para cerrar la brecha de talento en sectores clave como la minería, la automatización, la construcción y la energía.
Es hora de que México deje de preparar solo teóricos y comience a formar verdaderos profesionales listos para transformar la industria desde el primer día.
