El brillo del Trofeo del FORMULA 1 GRAN PREMIO DE LA CIUDAD DE MÉXICO Presentado por Heineken tiene un origen profundamente mexicano. La pieza, elaborada en plata .925 por la casa orfebre TANE, surge del talento artesanal nacional y del metal extraído de las entrañas de Fresnillo, Zacatecas, cuna de la principal productora de plata del país.
TANE forma parte del Grupo BAL, corporativo mexicano que también controla a Industrias Peñoles y Fresnillo PLC, empresas mineras que colocan a México como líder mundial en la producción de plata. El trofeo del Gran Premio de México es, así, una auténtica joya del país: la plata mexicana transformada por manos orfebres en un símbolo de excelencia, velocidad y orgullo nacional.
Con motivo de la décima edición de la carrera en su etapa moderna, TANE presenta una edición especial conmemorativa del trofeo, inspirada en las alas del águila mexicana que envuelven una copa cónica. La pieza está trabajada en plata .925 y vermeil de oro amarillo de 23 quilates, sobre una base de aventurina verde natural, con detalles en esmalte tricolor que recrean la bandera de México.
Desde su regreso en 2015, el Trofeo TANE ha sido levantado por algunos de los más grandes nombres de la Fórmula 1: Nico Rosberg, Lewis Hamilton, Max Verstappen y Carlos Sainz. Cada año, esta obra se entrega a los tres primeros lugares del podio y a la escudería ganadora.
Para conmemorar esta primera década, TANE lanza una edición de colección limitada a 24 piezas numeradas, fiel al diseño original de 2015, elaborada también en plata mexicana de Fresnillo, esmalte tricolor, vermeil de oro y montada sobre una base de obsidiana, piedra ancestral que evoca la fuerza de la tierra.
El trofeo que corona a los campeones del Gran Premio de México no solo representa la cúspide del automovilismo mundial, sino también el poder creador de la minería mexicana, la maestría de sus artesanos y la visión de Grupo BAL, que une tradición, innovación y orgullo nacional.
