El oro registró un nuevo récord histórico el lunes, al subir un 2.9% hasta los 4,380.89 dólares por onza, tras recuperarse de la caída del viernes. La tendencia alcista estuvo impulsada por la incertidumbre en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China y las expectativas de nuevos recortes de tasas por parte de la Reserva Federal, factores que fortalecieron la demanda del metal como activo refugio.
Los futuros del oro estadounidense también subieron más del 4%, alcanzando casi los 4,400 dólares por onza, otro máximo histórico. En lo que va de 2025, los precios han acumulado un aumento superior al 65%, reflejando el apetito de los inversionistas por activos seguros ante las tensiones geopolíticas, el endeudamiento fiscal creciente y las dudas sobre la independencia de la Reserva Federal.
Pese a los comentarios del presidente estadounidense Donald Trump, quien aseguró que busca un “trato justo” con China, los operadores aprovecharon la baja del viernes para recomprar lingotes. Analistas como Ole Hansen, de Saxo Bank, destacaron que la caída previa “ya atrajo nueva demanda”, mientras que Dan Ghali, de TD Securities, atribuyó el repunte al “FOMO extremo” (miedo a quedarse fuera del mercado), impulsado principalmente por inversionistas occidentales.
Por su parte, Jeffrey Christian, de CPM Group, indicó que las preocupaciones políticas y económicas siguen siendo el motor principal detrás del alza del oro, y anticipó que el metal podría alcanzar los 4,500 dólares por onza en las próximas semanas.
El mercado también reacciona ante la posibilidad de un recorte de tasas de interés en Estados Unidos, con una probabilidad estimada del 99% de que la Reserva Federal lo anuncie la próxima semana, seguida de otro ajuste en diciembre. En entornos de tasas bajas, el oro tiende a mantener su fortaleza, y ya acumula nueve semanas consecutivas de ganancias.
