Grupo México acerca la ciencia a las nuevas generaciones en Guerrero Negro
Realidad virtual, experimentos, exposiciones y recorridos científicos formaron parte de la 7ª Semana de la Ciencia de Grupo México en
Son las seis de la mañana en Lindenberg, Alemania. En una nave de producción de Liebherr-Aerospace, una joven ecuatoriana inicia su jornada frente a una máquina CNC de torneado y fresado. Se llama Victoria Santacruz y representa una nueva generación de trabajadores formados gracias a la cooperación internacional. Su historia es ejemplo del impacto del programa PAM, una iniciativa que impulsa la formación profesional y la movilidad laboral entre países.
Durante su último año de estudios en Ecuador, Victoria conoció el programa PAM (Asociaciones para la Formación Profesional y la Migración Laboral Orientadas al Desarrollo), gestionado por la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH. Este programa conecta a jóvenes de países como Ecuador, Vietnam y Jordania con empresas alemanas que enfrentan una creciente escasez de mano de obra cualificada.
En Alemania, Liebherr ha encontrado en este modelo una vía eficaz para formar talento joven y cubrir vacantes en áreas técnicas. “Brindar a jóvenes con vocación la oportunidad de una sólida formación profesional y luego contratarlos como trabajadores cualificados beneficia a ambas partes”, señala Tanja Stadler, exdirectora del Centro de Educación de Lindenberg.
El proceso de selección de candidatos internacionales es exigente: deben demostrar dominio del idioma alemán y habilidades técnicas y personales que garanticen su adaptación a un entorno industrial altamente especializado.
Para Victoria, trabajar en Liebherr fue un sueño cumplido. Su padre, mecánico de profesión, le enseñó los fundamentos del oficio. En Alemania perfeccionó sus habilidades en torneado, fresado, ensamblaje y mantenimiento de maquinaria industrial, hasta convertirse en una profesional integral.
Más allá de la formación técnica, el programa también ofrece acompañamiento cultural y social, ayudando a los participantes en trámites legales, apertura de cuentas bancarias y adaptación a la vida cotidiana. “Los jóvenes del programa PAM llegaron con mentalidad abierta, con ganas de aprender y de integrarse”, explica Stadler.
Desde 2019, el programa PAM ha demostrado que la formación internacional puede ser una solución sostenible a la falta de mano de obra en sectores industriales clave. Los jóvenes que regresan a sus países lo hacen con conocimientos avanzados y una visión más amplia de su profesión, lo que fortalece la capacidad técnica local y fomenta la cooperación entre regiones.
En el caso de Victoria, su desempeño destacado le permitió acceder antes a un puesto fijo dentro de Liebherr. “Me encanta trabajar con las máquinas, con diferentes materiales y programarlas”, dice entusiasmada. Hoy, combina su trabajo con nuevas pasiones como el senderismo, el tejido y el aprendizaje de idiomas.
Su historia refleja el espíritu del programa: formar personas competentes, curiosas y dispuestas a cruzar fronteras para crecer profesional y personalmente.