
La automatización continúa transformando la minería subterránea, y uno de sus beneficios más evidentes es la mejora sustancial en la seguridad operativa. En la mina Cadia de Newmont, el yacimiento de oro más grande de Australia, se ha logrado un nuevo hito: la automatización total de un nivel de producción subterránea.
Para alcanzar este objetivo, Newmont recurrió a Epiroc, con el desafío de integrar un sistema que permitiera operar cargadores y equipos auxiliares, incluso si estos eran de diferentes fabricantes. La solución llegó con la tecnología Deep Automation, que hoy permite controlar desde superficie todo el nivel de producción, sin necesidad de intervención humana directa en zonas de riesgo.
Actualmente, entre seis y ocho Scooptram ST18 trabajan simultáneamente de forma autónoma, transportando mineral desde los puntos de extracción hasta la trituradora. Además, cuando se requiere, se pueden activar equipos auxiliares como martillos rompe rocas, cañones de agua o robots de inspección, también bajo control remoto y sin interferir con las tareas en curso.
El proyecto no solo marca un avance tecnológico, sino que demuestra cómo la interoperabilidad, seguridad y eficiencia pueden coexistir mediante una estrategia automatizada y centrada en el operador.