La minería se encuentra estrechamente vinculada con nuestra historia e indudablemente forma parte de la identidad de México. Desde hace más de cinco siglos, esta actividad dio origen a grandes ciudades. Sin embargo, el esplendor Prehispánico de civilizaciones como la Azteca y Maya dejaron un legado en la extracción de oro, plata, cobre y jade para el uso decorativo y ceremonial. Durante el siglo XVI se descubrieron grandes yacimientos en lugares como Zacatecas, Guanajuato y Guerrero y a lo largo del siglo XX, la minería en México continuó evolucionando.

Hoy en día, sigue siendo una actividad esencial para el desarrollo del país. Tan solo en 2021, se registraron cerca de 410 mil empleos. Además, esta actividad aporta al país el 2.5% del PIB. México es líder a nivel mundial en la producción de plata, oro, plomo, zinc y cobre, entre otros minerales y es uno de los principales destinos de inversión en América Latina.

En reconocimiento a esta actividad en el año 2018 se creó la Comisión de Minería y Desarrollo Regional en el Senado de la República, la cual tengo el honor de presidir donde se han discutido, analizado e impulsado diversos temas como la nacionalización del litio, mineral estratégico. Igualmente, se aprobó la más profunda reforma a la Ley Minera en décadas.

La historia de la minería significa desarrollo económico y desafíos. Fue el 11 de julio de 1934 cuando se constituyó el Sindicato de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, lo que dio origen al Día Nacional del Minero con el objetivo de reconocer y reivindicar sus derechos laborales.

Desafortunadamente, el trabajo de esta industria siempre ha sido asociado con lo masculino, ya que implica esfuerzos como manejo de maquinaria, ubicación de explosivos, excavación en profundidades, por mencionar algunos. El papel que ha desarrollado la mujer en la minería ha sido ignorado a lo largo del tiempo.

En el último trimestre del 2022, 66 mil mujeres participaban en este sector, es decir, sólo el 12.5%. Aunado a lo anterior, sólo el 3% forman parte a nivel presidencia, dirección o subdirección; el 3% como integrantes del consejo o de algún comité; 7% en gerencia y el 87% restante se distribuye en la parte operativa, sumado a que su salario es inferior al de los hombres. En suma, son relegadas.

Es momento de que existan espacios dignos donde la mujer sea valorada en su aporte para este sector vital en el desarrollo de México. En el marco del Día Nacional del Minero, es justo reconocer a todas y todos los trabajadores mineros comenzando por nuestras mexicanas.

Fuente: EL SOL DE MÉXICO