La minería es una de las actividades económicas más antiguas y significativas para el desarrollo de las civilizaciones. Comenzó con la extracción de piedras preciosas y la creación de herramientas, hasta llegar a la obtención de minerales estratégicos que impulsan a las empresas de la actualidad. Esta actividad no solo es un símbolo del progreso, sino también un reflejo de la relación que existe entre el ser humano y la naturaleza.
En el estado de Hidalgo, la minería tiene un significado más profundo, se ha arraigado en la identidad de sus habitantes como una profesión honrada, convirtiéndose en el sustento de cientos de familias y una herencia noble que refleja el orgullo de generaciones de mineros, quienes hicieron de esta actividad el eje de su vida cotidiana.
Sin embargo, el proceso de extracción de minerales es una labor que requiere precisión, planificación y cuidado en cada etapa. Para conocer más acerca de este proceso, Revista Gaceta UAEH consultó a Evodio Pedro Castañeda Ovando, profesor investigador del Área Académica de Ciencias de la Tierra y Materiales del Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería (ICBI) en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
Encontrando el mineral
Un mineral es toda aquella materia formada naturalmente por procesos geológicos, para llegar a él, es necesario identificar los yacimientos minerales mediante el trabajo que realizan las y los geólogos, quienes realizan un muestreo de suelos.
“El estado de Hidalgo cuenta con tres grandes distritos mineros: Zimapán, donde se produce plomo-zinc; Molango, que alberga manganeso; y el distrito Pachuca-Real del Monte, donde se produce plata y oro. Además, esta región cuenta con yacimientos de minerales tanto metálicos como no metálicos, lo cual abona a la riqueza de la minería”, refirió el profesor Garza.
Adicionalmente, Castañeda Ovando destacó que existen dos procesos de extracción de minerales: a cielo abierto, en el caso de los minerales no metálicos como la caliza o la fosforita, y de manera subterránea, para minerales metálicos como la plata, el plomo o el zinc. Del mismo modo, compartió que algunas de las principales técnicas para sustraer los minerales son la de vacío y la voladura.
El método de extracción al vacío consiste en el uso de maquinaria como palas y excavadoras para remover el material mediante técnicas de perforación o carga directa. Mientras que el método de voladura, consiste en realizar hoyos en los sitios donde se presume que existen minerales, para posteriormente colocar explosivos y detonarlos, todo aquello que se dinamitó se lleva a la superficie para su procesamiento, dependiendo del mineral que se obtenga.
Impacto económico
Castañeda Ovando remarcó que para la industria minera, los beneficios económicos vienen en los costos de extracción, que incluyen gastos de exploración, maquinaria y operaciones de bajo costo, pero con tecnología avanzada, así como también del precio en el mercado del mineral extraído. Por ejemplo, en el caso de la plata, su valor está relacionado con la oferta y la demanda global, cuando alcanza sus picos más altos, puede generar grandes márgenes de rentabilidad para las empresas.
Por otro lado, el investigador Garza señaló que, a pesar de las toneladas de minerales que se extraen, la cantidad de los que son considerados valiosos es escasa. Esto se debe a que los minerales de interés se encuentran en bajas concentraciones y al estar adheridos a otros materiales, requieren de procesos como la flotación para separar el material valioso del que se considera desecho.
Flotación: Es un método físico-químico utilizado para separar partículas minerales según sus propiedades. Se realiza mediante trituración y molienda para reducir el mineral, y luego se prepara en un tanque de flotación, donde se mezcla con agua y reactivos químicos, para la separación mediante burbujas, que cargadas con estos reactivos, generan una adhesión del mineral valioso, es decir, flotan, de ahí el nombre del proceso.
Situación ambiental
Al existir una gran cantidad de desechos derivados de la actividad minera, que se acumulan en los famosos “jales”, es inevitable traer a la mesa el debate sobre el impacto ambiental, sobre todo en el aspecto negativo que este sector productivo puede tener. Sin embargo, Castañeda Ovando resaltó que las repercusiones dependen del tipo de material, el proceso que se efectúe y la concentración de elementos tóxicos.
Un caso particular sobre esto es la extracción de plata, que se obtiene al aplicar complejos de cianuro al metal precioso utilizando un pH alto. Este método permite reducir la toxicidad del metal y obtener una pureza del 99.9% tras refinarla con ácido nítrico.
En Hidalgo existen tres productos principales de minería metálica: manganeso, plomo-zinc y plata. En cuanto a la no metálica, la región se caracteriza por su producción de fosforita, roca caliza, arena sílica, entre otros. La gran variedad mineral que se produce y explota en la zona conlleva una participación de la industria minera en mayor escala, situación que también influye en el medio ambiente.
Profesión solidaria, estilo de vida
Finalmente, Castañeda Ovando recalcó que, desde el punto de vista social, es común percibir a quienes se dedican a la minería como personas incultas o insensibles, ignorando que su labor es desgastante física, mental y emocionalmente. Los mineros enfrentan riesgos o accidentes diariamente, situación que impacta más allá de sus centros de trabajo, transformando sus hábitos y estilo de vida.
“Debemos olvidarnos de ese estigma que dice que los mineros son personas poco capacitadas. El gremio minero se distingue por su unión y solidaridad. Estando en la mina, persiguen un objetivo común que va más allá de lo económico: cuidarse y cuidar a los demás. Valoremos esta profesión porque, si nos ponemos a observar aquello que nos rodea, nos daremos cuenta que la minería se encuentra en todas partes”, concluyó.