La plata está lista para consolidarse como uno de los metales estratégicos de la próxima década, al desempeñar un papel central en industrias fundamentales para la transición energética y la transformación digital.
Sus propiedades físicas la convierten en un material indispensable. Destaca por ser el metal con mayor conductividad eléctrica, una característica crítica para mejorar la eficiencia de los paneles solares, acelerar el procesamiento de datos en centros de datos y permitir una carga más rápida y una transmisión de energía más eficiente en vehículos eléctricos.
Además, la plata posee una conductividad térmica superior —mayor incluso que la del cobre, aluminio o bronce— y una alta resistencia a la corrosión, lo que reduce el sobrecalentamiento, minimiza pérdidas de rendimiento y prolonga la vida útil de los sistemas donde se utiliza.
Un reciente análisis de Oxford Economics y el Silver Institute, examina el papel de la plata en tres sectores que definirán el futuro industrial y energético:
Energía fotovoltaica, donde mejora la conversión y eficiencia eléctrica.
Automoción y vehículos eléctricos, clave para sistemas de carga, transmisión y control energético.
Centros de datos e inteligencia artificial, donde la demanda de alta velocidad y disipación térmica es crítica.
Para cada uno de estos sectores, el informe evalúa la relevancia de las propiedades de la plata, los niveles de consumo actuales, la demanda futura proyectada y la influencia de los avances tecnológicos y las políticas públicas en su crecimiento.
Todo indica que la plata dejará de ser solo un metal precioso para convertirse en un insumo estratégico en la nueva economía energética y digital.
