La minería en México no solo está obligada por ley a reforestar, sino que también se posiciona como la segunda industria que más árboles planta en el país. De acuerdo con datos de la Cámara Minera de México (Camimex) de 2024, la industria minera ha reforestado el equivalente a 2,535 hectáreas en 24 estados. Este esfuerzo se enmarca dentro de su compromiso con la sostenibilidad ambiental.

En cuanto a la conservación de la biodiversidad, el sector minero desempeña un papel crucial al proteger y conservar más de 25 especies de flora y fauna, incluyendo especies emblemáticas características de cada región.

El cierre de una mina también está sujeto a regulaciones ambientales estrictas, y es durante esta fase que las empresas mineras deben restaurar el entorno natural. Este proceso incluye la presentación de un plan detallado ante las autoridades, donde se especifican las medidas para el manejo de residuos, la rehabilitación de terrenos y la protección de los ecosistemas locales.

El cumplimiento de este plan es supervisado a lo largo de toda la vida útil de la operación minera, y las empresas están obligadas a restaurar la topografía original del sitio, utilizando técnicas de bioingeniería para estabilizar el terreno y revegetar las áreas afectadas con especies nativas. Estas acciones contribuyen a restablecer el equilibrio ecológico en las zonas intervenidas por la actividad minera.