A cien metros bajo tierra, donde el silencio y la roca dominan el entorno, algo extraordinario está sucediendo. En las profundidades del proyecto de la nueva estación de metro de Sofía, en Estocolmo, la tecnología no solo avanza, sino que rompe récords. Allí, en un túnel que forma parte de una de las obras de infraestructura más ambiciosas de Suecia, la Epiroc Powerbit X está redefiniendo los límites de la perforación.
Una estación bajo presión
La futura estación de Sofía, programada para inaugurarse en 2030, será una de las más profundas del mundo. El reto es monumental. Y no solo por la profundidad, sino por las exigencias de seguridad, sostenibilidad y eficiencia propias de una sociedad que no acepta concesiones en estos valores.
Implenia, con más de 150 años de experiencia en construcción, tomó el timón de esta parte del proyecto. Pero incluso una empresa con tal trayectoria necesitaba algo más que experiencia: necesitaba innovación concreta, tangible. La encontró en la alianza con Epiroc.
Una broca para romper el paradigma
Kalle Ville Pellinen, operador de Implenia, lo explicó con claridad: “Los cambios de broca nos ralentizaban. Necesitábamos una solución completa que respondiera al ritmo del proyecto”. La respuesta vino en forma de una pieza de acero y diamante: la Epiroc Powerbit X. Diseñada con tecnología de vanguardia protegida con diamante, esta broca demostró que la verdadera revolución puede caber en la palma de una mano.
Donde antes una broca se cambiaba cada 60 o 70 metros, la Powerbit X perforó 3.250 metros sin interrupciones. Once días de trabajo continuo. Sin cambiar de herramienta. Sin detener la máquina. Sin exponer al operador a riesgos innecesarios.
Productividad, seguridad y sostenibilidad en un solo golpe
Los beneficios fueron inmediatos. Menos cambios de broca significaron menos interrupciones, más tiempo productivo, y —lo más importante— mayor seguridad. “Nuestro operador puede quedarse en la cabina. No necesita salir bajo la roca. No hemos tenido ni un solo incidente durante las pruebas”, dijo Daniel Zetterman, jefe de maquinaria de Implenia.
El impacto también fue ambiental. Al evitar más de 50 cambios de broca, se redujeron viajes innecesarios, transportes urbanos y manipulaciones manuales. Además, se eliminó la necesidad de reafilar brocas, un proceso que consume tiempo, recursos y energía. Menos huella. Más eficiencia.
Un estándar para toda la industria
Lo que comenzó como una prueba puntual, hoy marca un antes y un después. “Esto es revolucionario”, afirmó Pellinen. Y no exageraba. Para una industria que ha dependido por décadas del trabajo manual y del mantenimiento constante de herramientas, la Powerbit X representa una evolución natural pero poderosa.
Zetterman fue más allá: “Creo que esta broca tiene el potencial de transformar nuestras operaciones y establecer un nuevo estándar para toda la construcción civil.”
La historia no termina aquí
El viaje continúa. Implenia y Epiroc ya planean nuevas pruebas con distintos modelos: el Boomer XE3 y el Boltec E10 S equipados con brocas SR38 y SR35, respectivamente. El objetivo no es solo seguir perforando más rápido y más lejos, sino hacerlo con inteligencia, con responsabilidad, y con una visión clara del futuro.
Una nueva era bajo tierra
En el fondo de Estocolmo, la Powerbit X no solo atraviesa la roca. Atraviesa la historia de la construcción subterránea y deja una marca profunda. No por el ruido que hace, sino por los problemas que resuelve. Porque en este rincón oscuro del mundo, se está construyendo algo más que una estación de metro: se está construyendo el futuro de la ingeniería civil. Y ese futuro, sin duda, tiene punta de diamante.
