El regulador financiero del Reino Unido, la Autoridad de Conducta Financiera (FCA), impuso una multa de 9.2 millones de libras (11.9 millones de dólares) a la Bolsa de Metales de Londres (LME), marcando la primera acción de cumplimiento contra una bolsa británica. La sanción responde a fallos significativos en la gestión de la crisis del 8 de marzo de 2022, cuando los precios del níquel se dispararon sin control, superando los 100,000 dólares por tonelada métrica en cuestión de horas.
Deficiencias en la gestión de la crisis
Según la FCA, solo personal subalterno estaba presente cuando se desató la extrema volatilidad, lo que impidió una respuesta inmediata y adecuada por parte de los directivos. Como resultado, la LME anuló operaciones valoradas en 12,000 millones de dólares, lo que generó demandas por parte de empresas que alegaron pérdidas millonarias. Aunque la LME ganó el litigio, el juicio expuso deficiencias críticas en sus controles internos.
El abogado Simon Morris calificó el incidente como "un ejemplo clásico de cómo no se debe gestionar una bolsa global", señalando la falta de claridad en las políticas para manejar crisis y la falta de preparación del personal. Además, la escasez de existencias y la falta de opciones de entrega física para grandes posiciones cortas, como las del Grupo Tsingshan de China, agravaron la crisis.
Aceptación y medidas correctivas
La LME, con 148 años de historia y propiedad de Hong Kong Exchanges and Clearing Ltd., aceptó los hallazgos de la FCA, lo que le permitió obtener una reducción del 30% en la sanción. Su director ejecutivo, Matthew Chamberlain, reconoció que la bolsa podría haber ofrecido "una mejor línea de defensa" ante los efectos del mercado extrabursátil (OTC), cuya falta de visibilidad fue un factor clave en la crisis.
Actualmente, la LME ha implementado procesos mejorados para reforzar la resiliencia del mercado y evitar incidentes similares en el futuro. A pesar del impacto inicial, la actividad comercial del níquel en la bolsa se ha recuperado por completo en 2024, registrando su volumen más alto desde 2015.
Sin embargo, voces como Jennifer Han, directora jurídica de la Managed Funds Association (MFA), advierten que la falta de una respuesta regulatoria firme podría erosionar la confianza de los inversores y debilitar la posición del Reino Unido como centro financiero global.
