Kamloops, Columbia Británica. En el corazón de la Columbia Británica, donde la historia minera se entrelaza con la innovación tecnológica, la mina subterránea New Afton de New Gold marca un antes y un después en la industria minera canadiense. Al incorporar el primer cargador eléctrico de batería (BEV) Sandvik LH518B de 18 toneladas, New Afton no solo redefine sus operaciones, sino que lidera una transición clave hacia un modelo de minería más limpio, silencioso, seguro y eficiente.
Un paso firme hacia la electrificación
Desde 2016, la visión de electrificar sus operaciones tomó forma concreta con el desarrollo del proyecto Zona C, una expansión a 1,150 metros bajo la superficie que presenta desafíos logísticos y ambientales que el diésel ya no puede resolver de forma eficaz. Así nació la decisión de adoptar equipos eléctricos desde el principio.
Peter Prochotsky, gerente de la mina, y Jeff LaMarsh, superintendente, reconocieron que el futuro de la minería debía alinearse con prácticas más sostenibles. “Queremos adoptar la electrificación como parte del futuro de nuestra mina y, potencialmente, del futuro de la industria”, afirmó LaMarsh.
El LH518B no solo superó las pruebas iniciales, sino que demostró ser más potente, rápido y silencioso que sus contrapartes diésel. Gracias a su sistema de intercambio automático de baterías AutoSwap y AutoConnect, el operador Dayton Gray puede realizar un cambio de batería sin abandonar la cabina, reduciendo los tiempos de inactividad y mejorando la seguridad.
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Fotografía de Adam Lach
Beneficios tangibles y sostenibles
Los resultados han sido notables:
Reducción del 90 % en generación de calor.
Bajos niveles de ruido y emisiones, mejorando la salud del entorno laboral.
Aumento de la velocidad de transporte en rampas: de 7–8 km/h con diésel a 12–14 km/h con BEV.
Ahorro energético significativo, con un coste energético de solo el 10.9 % comparado al diésel.
Además, se estima que reemplazar un solo cargador diésel por un eléctrico reducirá las emisiones de CO₂ en hasta 700 toneladas anuales, contribuyendo a los ambiciosos objetivos climáticos de la compañía.
Los retos del camino hacia la electrificación
Sin embargo, esta transición no está exenta de desafíos. La adopción de tecnología BEV implica:
Reentrenamiento del personal, para que adquiera competencias en operación, diagnóstico y mantenimiento de equipos eléctricos.
Infraestructura especializada, como estaciones de carga, diseño de rutas de ventilación y sistemas de gestión energética.
Planificación estratégica, para equilibrar la demanda energética con la capacidad instalada, especialmente en operaciones profundas como la Zona C.
New Gold trabaja estrechamente con socios como Sandvik y Tetra Tech, y con la Autoridad Hidroeléctrica y Energética de Columbia Británica, para abordar estos retos desde el diseño del sistema hasta la operación diaria.
Mirando hacia el futuro
New Afton ya planifica la incorporación de camiones eléctricos de batería Sandvik Z50, que permitirán acelerar el desarrollo del declive de la Zona C y mejorar aún más las condiciones de trabajo subterráneo.
Con una fuerza laboral comprometida, un liderazgo visionario y el respaldo de la tecnología más avanzada, New Afton se posiciona como referente global en minería subterránea eléctrica. Esta historia de éxito demuestra que el futuro de la minería no solo es posible sin diésel, sino que es más rentable, seguro y sostenible sin él.
Como afirma Prochotsky:
“Formar parte de un grupo pionero en la tecnología de vehículos eléctricos de batería en la minería subterránea es realmente emocionante. Esta es una revolución silenciosa... y eléctrica”.
