En medio de crecientes dudas sobre la solidez institucional de Estados Unidos, Goldman Sachs ha emitido una recomendación clara: comprar más oro.
En una nota reciente dirigida a inversionistas, los analistas del banco señalaron que el tradicional rol de los bonos del Tesoro estadounidense como protección frente a caídas en el mercado accionario ha perdido efectividad. Esto, combinado con el rápido aumento en los costos de endeudamiento, está obligando a los inversionistas a buscar alternativas sólidas para preservar valor.
“Durante cualquier periodo de 12 meses en que los rendimientos reales fueron negativos tanto en acciones como en bonos, el oro y el petróleo ofrecieron retornos reales positivos”, afirma el informe.
Ante este contexto, el oro se posiciona como un activo clave de cobertura a largo plazo, especialmente si la confianza en los activos respaldados por instituciones estadounidenses sigue deteriorándose.
El mercado del oro en la mira
Goldman advierte que el mercado de lingotes, aunque relativamente pequeño frente a otras clases de activos globales, podría experimentar un fuerte impulso si hay un leve desplazamiento de capitales desde los activos tradicionales de EE.UU.
La advertencia viene acompañada de cifras contundentes: en lo que va del año, el oro ha subido más del 25%, alcanzando el mes pasado un nuevo récord histórico de 3,500.05 dólares por onza, impulsado por la creciente incertidumbre política y económica global, particularmente relacionada con la política comercial de Estados Unidos.
Implicaciones para la industria minera
Este escenario representa una oportunidad estratégica para el sector minero, particularmente en países con reservas auríferas como México. El auge del precio del oro mejora los márgenes de producción y eleva el atractivo de los proyectos en desarrollo o expansión.
Las empresas mineras con operaciones de oro pueden capitalizar este momento optimizando sus procesos, fortaleciendo sus relaciones con inversionistas y acelerando iniciativas de exploración.
