La industria de la Salud y Seguridad Ocupacional (OHS, por sus siglas en inglés) ha logrado grandes avances en las últimas cinco décadas, y la era del COVID-19 ha puesto de relieve la seguridad de los trabajadores.

En nuestro entorno que cambia rápidamente, los riesgos evolucionan constantemente. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que casi 2 de 3 personas en todo el mundo sufren enfermedades y accidentes relacionados con el trabajo cada año, la friolera de 6,000 por día. Los gobiernos, las organizaciones y las personas tienen la responsabilidad compartida de ayudar a prevenir esto, y la buena noticia es que cada vez son más conscientes de los beneficios de la SST y los riesgos de no hacerlo bien.

Antes del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo de las Naciones Unidas (28 de abril), Avetta ha publicado un documento técnico en el que se analizan las tendencias y los desarrollos en el ámbito de la SST. Destaca una serie de nuevas recomendaciones y mandatos en los EE. UU. y Canadá y explora el papel de la salud física y mental en la seguridad en el lugar de trabajo.

El documento técnico destaca que COVID-19 fue un punto de inflexión para muchas organizaciones. Los empujó a “reevaluar sus políticas y prácticas de salud y seguridad”, y en 2022, el gobierno de EE. UU. ordenó a OSHA que implementara reglas de emergencia por primera vez en 38 años. Estos incluyeron el uso de máscaras, ventilación adecuada, vacunación e higiene personal.

La salud mental también ha sido objeto de atención. Una encuesta reciente realizada en el Reino Unido mostró que el 32 % de los adultos estaban de acuerdo en que habían sufrido problemas de salud mental en el trabajo, y el 49 % sentía que no podía abrirse o hablar al respecto. Avetta dice que el futuro del trabajo debe centrarse en el “bienestar multidimensional, que hace hincapié tanto en la salud y la seguridad físicas como en el bienestar mental”.

El caso de estándares más fuertes de OHS no es solo físico, también es financiero. En el Reino Unido, el costo total de las lesiones y la mala salud en el trabajo autoinformadas en 2018/19 fue de 20 250 millones de USD. Mientras tanto, los estudios de OSHA han demostrado que por cada dólar gastado por una empresa en salud y seguridad, tienen la posibilidad de ahorrar entre $4 y $6 mediante la reducción de las tasas de lesiones, enfermedades y muertes. Avetta señala que el valor financiero de las buenas prácticas "continuará el crecimiento en el espacio de OHS", y las empresas se volverán más proactivas en lugar de reactivas.

A medida que avanzamos hacia un futuro posterior a la pandemia, es casi seguro que el enfoque en la salud y la seguridad en el lugar de trabajo continuará. Australia, India, EE. UU. y Canadá han actualizado sus regulaciones en los últimos años, y con desarrollos más significativos en camino, Avetta dice que estamos lejos de la meta.

Por Ksenia Stepánova