Investigadores japoneses han descubierto más de 200 millones de toneladas de nódulos de manganeso ricos en metales para baterías en el fondo marino del Océano Pacífico, dentro de la zona económica exclusiva de Japón. Estos nódulos, del tamaño de un puño, se encuentran a unos 5,500 metros de profundidad cerca de Minamitorishima, una remota isla de Tokio. Contienen cobalto, níquel, cobre y manganeso, y se estima que el depósito alberga 610,000 toneladas de cobalto y 740,000 toneladas de níquel.
La Fundación Nippon planea iniciar la extracción a gran escala el próximo año para abastecer a empresas japonesas, con la meta de establecer una empresa conjunta para el desarrollo de estos minerales a partir de 2026. La Universidad de Tokio participará en el proyecto con análisis académicos detallados.
Sin embargo, la extracción en aguas profundas plantea desafíos técnicos y preocupaciones ambientales. Instituciones financieras importantes ya han adoptado políticas para excluir la financiación de proyectos de minería submarina hasta que se realicen más estudios sobre su impacto.
Se espera que la demanda de metales como el níquel y el cobalto aumente considerablemente en las próximas décadas, impulsada por la transición hacia tecnologías alimentadas por baterías. Empresas como The Metals Company están avanzando en la producción de minerales del fondo marino, aunque las regulaciones globales para la minería submarina aún están en desarrollo bajo la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, con una finalización prevista para 2025.