En medio de la creciente demanda de cobre para impulsar la transición hacia energías limpias y satisfacer las necesidades de infraestructura digital de la inteligencia artificial, múltiples empresas han comenzado a revitalizar minas antiguas y abandonadas, activos que alguna vez fueron considerados pasivos financieros. Con esta estrategia, el sector minero busca acelerar la disponibilidad del metal para responder a la proyección de déficit de oferta en los próximos años.
El rol esencial del cobre en tecnologías como los vehículos eléctricos, la energía renovable y los centros de datos ha aumentado la demanda global, con pronósticos que sugieren que esta superará la oferta en un 1.7 % para 2035. Además, el precio del cobre ha alcanzado máximos históricos en 2024, incentivando aún más el interés en maximizar su producción.
Rehabilitación y sus Desafíos
Construir una nueva mina de cobre desde cero puede llevar una década y hasta cinco mil millones de dólares, sin contar los desafíos sociales y ambientales que surgen cuando las comunidades locales se oponen a proyectos mineros. En este contexto, las empresas encuentran en la rehabilitación de minas cerradas una alternativa viable para acelerar la producción de cobre. Según un análisis de Reuters, al menos cuatro minas de cobre cerradas en proceso de reinicio podrían aportar unas 7 millones de toneladas métricas de metal en los próximos cinco años, lo que se sumaría a los 30 millones de toneladas proyectadas para 2031.
La rehabilitación de minas antiguas “aprovecha el sentimiento de los inversores de que será más fácil, y lo es”, comentó Daniel Bornstein, socio de McCarthy Tetrault, firma asesora de mineros en la rehabilitación de minas. Este modelo también está siendo bien recibido en comunidades con historia minera, donde la reactivación económica es un incentivo importante.
Ejemplos de Minas Reactivadas
Uno de los ejemplos más innovadores de esta estrategia es el de la Primera Nación Selkirk en Yukón, Canadá. Este grupo indígena asumió el control de una mina clausurada por Minto Metals en 2022, una operación que había producido 226,000 toneladas de cobre antes de su cierre por bancarrota. La mina Minto es una de las primeras en Canadá que ha sido adquirida por una comunidad indígena. Actualmente, las negociaciones para su reactivación están en marcha, con estimaciones de que la producción podría reiniciarse dentro de dos años.
En Quebec, Canadá, Cygnus Metals está reabriendo un sitio que permanecía inactivo desde 2008 tras adquirir a Doré Copper Mining. En España, la canadiense Denarius Metals ha comenzado a rehabilitar la mina Aguablanca, cerrada hace siete años. Ambos proyectos están orientados a restablecer la producción en un corto plazo.
En Estados Unidos, Nevada Copper Corp, recientemente adquirida por Kinterra Capital tras salir de la protección por bancarrota bajo el Capítulo 11, está preparada para reactivar su mina subterránea Pumpkin Hollow. Este sitio ha atraído el interés de inversionistas debido a la alta calidad del mineral detectada en estudios de viabilidad, lo que ha incrementado su potencial de rendimiento.
Alineación con la Transición Energética
La decisión de recuperar y modernizar estas minas también responde a los compromisos ambientales y de sustentabilidad de las empresas mineras, alineándose con las metas de cero emisiones y reducción del impacto ecológico. La reutilización de minas existentes minimiza la huella de carbono en comparación con la construcción de nuevas instalaciones y permite a las empresas optimizar la infraestructura ya disponible.
Eriez, proveedor líder de tecnología de flotación, señala que el uso de equipos avanzados, como su tecnología de flotación StackCell, facilita la recuperación selectiva de partículas finas y minerales de flotación lenta, lo que reduce la duración de los procesos convencionales y mejora la sostenibilidad ambiental.
El Futuro del Cobre y su Impacto en la Economía Global
La rehabilitación de minas y la adopción de nuevas tecnologías reflejan un cambio en la estrategia minera global para satisfacer la demanda de cobre. Con un valor proyectado de mercado de varios miles de millones de dólares, el cobre continúa siendo fundamental para las infraestructuras modernas, desde redes de vehículos eléctricos hasta centros de datos para inteligencia artificial. Las minas abandonadas, reactivadas y equipadas con tecnología de punta, podrían desempeñar un papel crucial en la estabilidad de la oferta mundial de este recurso estratégico, respondiendo a la demanda mientras reducen la presión sobre nuevas explotaciones.
Este enfoque hacia la minería sustentable parece no solo alinearse con la presión económica y ambiental, sino también con un llamado global a una transición energética más consciente y eficiente.