Sandra Magaña de la Cruz asume la presidencia del Clúster Minero de Durango
El Clúster Minero de Durango anunció el nombramiento de la Mtra. Sandra Magaña de la Cruz como su nueva presidenta.
“El subsuelo es nuestro lienzo. La topografía minera es el arte de crear mapas y modelos que guían a una correcta toma de decisiones.”
Con esta frase como estandarte, equipos de topografía y perforación trabajan a diario en minas subterráneas de todo el mundo, convirtiendo la geología en geometría precisa. Un proceso técnico y meticuloso que comienza con una actividad crucial: el marcaje para barrenación larga (LongHole).
En la minería subterránea moderna, la barrenación larga es una técnica empleada para maximizar la extracción del mineral de forma eficiente y segura. Este método requiere perforaciones profundas y paralelas, usualmente entre 10 y 30 metros, que posteriormente serán cargadas con explosivos para fragmentar el mineral.
Sin embargo, el éxito de esta técnica depende directamente de la exactitud del diseño y ejecución del patrón de barrenación. Y ahí entra en juego un actor fundamental y muchas veces invisible: el topógrafo minero.
Antes de que cualquier equipo de perforación comience a operar, los topógrafos mineros deben interpretar los planos de ingeniería, evaluar el terreno, medir desviaciones y, finalmente, marcar con precisión quirúrgica los puntos y líneas donde se perforará. Su trabajo garantiza que la barrenación no solo sea efectiva, sino que se mantenga dentro de los límites del mineral económico y respete las condiciones geotécnicas de seguridad.
“El trabajo de topografía en minería subterránea no es solo medir. Es anticipar, corregir, guiar y validar cada paso. Cada desviación en el marcaje puede traducirse en pérdida de mineral, inestabilidad o tiempos muertos”, explica un jefe de topografía de una mina en operación.
Actualmente, la topografía minera se apoya en estaciones totales robóticas, escáneres láser 3D, drones en accesos verticales y software de modelado geoespacial que permiten comparar en tiempo real los avances contra los planos proyectados.
Gracias a estos avances, el marcaje de LongHole se realiza con márgenes de error inferiores a milímetros, facilitando una barrenación recta, profunda y correctamente alineada con los tajos y cámaras.
La siguiente etapa en el proceso, tras el marcaje, es la ejecución de la barrenación a cargo de los equipos de perforación. Pero si el trabajo topográfico inicial presenta errores, toda la operación posterior se ve afectada. Por ello, el marcaje es la piedra angular de una barrenación larga exitosa.
En este sentido, la colaboración entre topógrafos, ingenieros de planeación, perforistas y supervisores de mina es vital. Un pequeño equipo de topografía puede tener un impacto económico enorme: evitar barrenaciones fuera del mineral, reducir el sobre barrenado y mejorar el factor de recuperación.
Con información e imágenes de:
Cristian Galván Saldaña
Topógrafo en Dumas México