En México, entre 45 y 50 por ciento de las personas económicamente activas tienen alguna afectación mental: Erika Villavicencio, de la Facultad de Psicología. Afectan malos ambientes y bajos salarios

El escaso nivel salarial, las extensas jornadas laborales, la sobrecarga de tareas, la falta de objetivos claros, así como el estilo de liderazgo perjudicial que enfrentan con superiores jerárquicos y la creciente prevalencia de violencia, exponen a los trabajadores a un riesgo psicosocial que puede desencadenar enfermedades mentales, como la depresión. Así lo afirmó Erika Rosalía Villavicencio Ayub, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, quien detalló que antes de la pandemia se estimaba que una de cada cuatro personas activas laboralmente en el país padecía algún trastorno mental.

"No nos referimos solo a la depresión, también incluimos ansiedad y estrés. Con los impactos de la pandemia, actualmente se estima que dos de cada cuatro personas en el ámbito laboral experimentan algún tipo de afectación, lo que equivale aproximadamente al 45-50% de nuestros trabajadores", destacó.

Villavicencio Ayub subrayó que el entorno laboral es un reflejo de lo que se vive en la sociedad, por lo que estas condiciones son cada vez más comunes para millones de trabajadores. Con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Depresión el 13 de enero, la especialista en trastornos ocupacionales, factores psicosociales y bienestar laboral enfatizó: "Es un dato alarmante, coincide con tantos diagnósticos que realizamos de factores de riesgo en diferentes empresas del país, donde constantemente hay personas con síntomas de depresión, ansiedad, estrés postraumático, y la lista continúa. El problema radica en que solo uno de cada seis trabajadores con trastorno busca tratamiento; la mayoría puede pasar mucho tiempo normalizando sus síntomas".

La depresión, según Villavicencio Ayub, es una de las causas atribuidas al alto índice de ausentismo en las empresas. "Existe un estigma en torno a las afecciones mentales, ya sea por falta de atención médica adecuada o por el temor al juicio de los demás: ¿qué dirán mis colegas o mi jefe si me siento mal y busco revisión? ¿Será esto un pretexto para no promoverme o para recibir una evaluación de desempeño negativa?", señaló.

Salud ocupacional

La Dra. Erika Villavicencio, especialista en salud ocupacional, compartió su experiencia al tratar a trabajadores en terapia que han enfrentado situaciones laborales descontroladas. Estas circunstancias, señaló, han llevado a consecuencias significativas como la ruptura de relaciones y, en algunos casos, la pérdida de empleo. Destacó la aparente falta de relevancia que se le otorga al entorno laboral en estas situaciones.

En relación con la NOM-035, una norma oficial mexicana que establece directrices para identificar, analizar y prevenir riesgos psicosociales en el trabajo, la Dra. Villavicencio resaltó la obligación de las organizaciones de abordar de manera preventiva estos aspectos. Sin embargo, lamentó que pocas empresas aprovechen esta oportunidad para cambiar su cultura organizacional y su enfoque de gestión de personal.

Según la Dra. Villavicencio, cuando las empresas implementan nuevas reglas orientadas a la salud mental y el bienestar de los empleados, experimentan un aumento en la productividad. Considera que es una situación de "ganar, ganar", ya que se logra una plantilla comprometida y exitosa, en contraste con aquellas empresas que evitan abordar estos problemas y, en consecuencia, experimentan bajos resultados y un ambiente laboral negativo.

Con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Depresión el 13 de enero, la Dra. Villavicencio subrayó la importancia de sensibilizar y concientizar sobre esta patología vinculada a la salud mental. Definió la depresión como una enfermedad compleja con síntomas variados, como pérdida de interés en actividades placenteras, falta de apetito, trastornos del sueño, cansancio y aislamiento social.

La Dra. Villavicencio informó que, según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente el cinco por ciento de la población mundial, equivalente a 400 millones de personas, padece depresión.

Fuente: UNAM