Senadores de EU, advierten un "aumento significativo en el riesgo del suministro" del metal rojo y buscan garantizar la seguridad energética del país.
Algunos de los grandes nombres del sector del cobre han encontrado aliados políticos de alto rango para apoyar sus esfuerzos por conseguir que el metal para cables se agregue a una lista de minerales considerados críticos para Estados Unidos.

La senadora Kyrsten Sinema, independiente por Arizona, envió el jueves una carta junto con otros legisladores instando a la secretaria de Interior, Deb Haaland, a "revisar y reconsiderar la designación del cobre como mineral crítico".

Entre los firmantes figuran otros senadores cuyos estados de origen son centros de producción y fabricación de cobre, como Mark Kelly, de Arizona; Joe Manchin, de Virginia Occidental; Mike Braun, de Indiana; Raphael Warnock, de Georgia; y Mitt Romney, de Utah.

"Esto debería ser una obviedad", dijo Sinema en una entrevista. "Tenemos grandes lagunas tanto en nuestra capacidad de extraer como de procesar estos minerales para garantizar nuestra seguridad energética para el futuro, y la administración sabe lo importante que es el cobre para nuestra seguridad doméstica y nacional".

La carta advierte sobre un "aumento significativo en el riesgo de suministro" de cobre provocado por acontecimientos económicos y geopolíticos como la guerra en Ucrania.

"Dada la enorme inversión requerida, el lapso de tiempo para nuevas fuentes de suministro y la demanda proyectada, el tiempo es esencial", dice la carta.

Esta iniciativa se suma a la presión ejercida por la Copper Development Association para instaurar al Gobierno de EE.UU. a que considere crítico el cobre, uniéndose así a una lista de otros 50 minerales ya identificados como vitales por el Gobierno.

Entre los miembros de la asociación se encuentran algunos de los mayores productores de cobre, como Rio Tinto Group, BHP Group y Freeport-McMoRan Inc, así como fabricantes como Mueller Industrias Inc.

La lista de minerales críticos de EE.UU. se actualiza cada tres años e incluye los metales clave necesarios para la producción de baterías de vehículos eléctricos, como el níquel, el litio y el zinc. La última actualización, de 2022, no agregó el cobre a pesar de los esfuerzos de los grupos de presión, aunque sí agregó el níquel y el zinc. Los senadores piden a la Casa Blanca que se salte la revisión trienal habitual y agregue el cobre a la lista lo antes posible.