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17 de octubre 2025 · La minería enfrenta un nuevo desafío: la complejidad operativa se convierte en el riesgo número uno
El sector minero entra en una etapa de alta imprevisibilidad, donde la complejidad operativa emerge como el principal riesgo de negocio para el próximo año, de acuerdo con el informe “Top 10 Business Risks and Opportunities 2025” elaborado por EY (Ernst & Young).
Basado en la opinión de 500 altos ejecutivos mineros en todo el mundo, el estudio revela un cambio significativo: las preocupaciones estratégicas y geopolíticas han cedido paso a los desafíos operativos que impactan directamente la productividad y los costos.
Según Paul Mitchell, Líder Global de Minería y Metales de EY, la complejidad operativa refleja la presión creciente sobre las compañías para mantener una producción estable mientras enfrentan leyes decrecientes de mineral, minas más profundas y mayores costos de insumos.
“Las mineras reconocen que deben transformar sus formas tradicionales de operar para obtener resultados. A medida que las minas envejecen o se reemplazan, la complejidad inevitablemente aumentará”, explicó Mitchell.
El informe señala que la previsibilidad de los resultados sigue siendo esencial para mantener la confianza de los inversionistas, ubicándose como el tercer riesgo más relevante. Ante la dificultad de realizar fusiones y adquisiciones a gran escala, las empresas están priorizando la excelencia operativa, la productividad y la integración tecnológica para maximizar el valor de sus activos actuales.
Por tercer año consecutivo, las compañías mineras aumentaron la asignación de capital para crecimiento, reduciendo los dividendos a los accionistas. EY destaca que los inversionistas —tanto tradicionales como alternativos— respaldan esta tendencia, especialmente en el mercado del cobre, donde se anticipa un déficit de oferta en los próximos años.
“Las mineras buscan ahora crecimiento mediante eficiencia, tecnología y capital disciplinado, más que a través de grandes adquisiciones”, escribió Mitchell.
También se observa un auge en fusiones menores, alianzas estratégicas y modelos de financiamiento innovadores, como regalías, acuerdos de transmisión, finanzas sostenibles e incentivos gubernamentales. La reciente propuesta de fusión Anglo–Teck es un ejemplo de cómo el cobre sigue marcando el rumbo de las estrategias globales del sector.
El tradicional riesgo de “licencia para operar” (LTO) ocupó el quinto lugar en la encuesta. EY advierte que las empresas enfrentan una mayor presión social, ya que las comunidades esperan que la minería cubra vacíos dejados por la reducción del gasto público.
En este contexto, el fortalecimiento de la participación local y el cumplimiento de los compromisos ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) se han vuelto esenciales para conservar el capital social y garantizar la continuidad operativa.
“Los mineros deben hacer lo correcto, no solo lo regulado, protegiendo su capital social y creando un legado más allá de la vida útil de la mina”, subrayó Mitchell.
La transformación digital continúa acelerándose. El 21 % de los ejecutivos encuestados planea aumentar su inversión en inteligencia artificial (IA) en más del 20 % durante el próximo año.
EY sostiene que los mayores beneficios surgirán de la integración total de la IA y los datos en las operaciones mineras, más que de aplicaciones aisladas.
“La IA no es algo que se instala y se olvida. Las empresas que se destaquen serán las que alineen su estrategia digital, inviertan en personal capacitado y construyan una cultura que fomente la innovación”, añadió Mitchell.
El informe también detalla riesgos adicionales que ganan relevancia en 2025:
“Los líderes mineros operan en un entorno más complejo que nunca. Desde la escasez de talento y las tensiones comerciales, hasta la presión por la sostenibilidad, la transformación ya no es opcional”, concluyó Paul Mitchell. “Quienes actúen con rapidez marcarán el ritmo de la próxima década”.