Aunque la economía circular es un término ya acuñado en los 70s y 80s, llevarlo a la práctica ha resultado más complejo de lo previsto, no es tarea fácil romper, a contra tiempo, paradigmas encarnados en la economía mundial desde hace un cuarto de siglo;  menos de 10 años tenemos para lograrlo en el cumplimiento de la agenda 2030 de la ONU, y es de esperarse, que la minería sea uno de los sectores con mayor exigencia en el cumplimiento de las nuevas prácticas al ser una de las industrias que genera la mayor cantidad de residuos sólidos a nivel mundial.

Es innegable que todo el entorno debe estar involucrado para cumplir con éxito la transformación de la economía lineal a circular, incluyendo a la sociedad, fomentar una cultura que lleve a la población a un estado de práctica más allá del reciclaje; por lo que todo el sector educativo incluso debería estar involucrado a través de su formación, ya en algunos países la legislación y el Estado han hecho su parte mediante la exigencia a través de la ley de la redirección a una economía verde.

La innovación o desarrollo de maquinaria, y el cambio en los procesos propios de la minería, como la exploración, la extracción, la transformación, entre otros, puede ser lo mas complejo de llevar a cabo por la naturaleza de los mismos, como el hecho de buscar alternativas que generen los mismos resultados, los costos y tiempos que ello implica, desde la planeación, el pilotaje, y hasta la aplicación; sin embargo, nada de ello generará un impacto por sí mismo, si no se incluye a toda la cadena de valor.

Actividades de soporte como la gestión de los recursos humanos, la sensibilización de los mismos en economía verde como también se le ha llamado, los residuos orgánicos generados incluso dentro de los campamentos, los medios de transporte para su movilización también forman parte del todo que debe estar reorientado; o el hecho de buscar proveedores que ya estén trabajando bajo un modelo circular para así, desde el origen incentivar el cambio necesario, pero, aun hay mas actividades involucradas, la logística interna y externa, el hecho de buscar insumos cada vez más cercanos a la zona de producción para reducir la distancia, es un esfuerzo adicional para bajar los niveles de emisión de contaminantes; a su vez y como consecuencia se genera un desarrollo  regional, de tipo económico y de calidad de vida, con generación de fuentes de empleo adicionales por mencionar un ejemplo.

Reciclar, rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar puede incluso sonar costoso, pero en cada actividad hay una oportunidad de generación de recurso, existe la posibilidad de crear nuevos modelos de negocio que colaboren en cada una de las 7R’s, creando nuevas fuentes de ingreso, nuevas oportunidades laborales, la creación de nuevos productos, de nuevos servicios; si hoy en día la industria minera paga por deshacerse de sus residuos generados, porqué no pensar en ese gasto como una oportunidad de inversión que permita generar nuevas cadenas de valor; podemos notar hoy en día cómo se está buscando el reutilizar algunos metales como el cobre que es utilizado en la mayoría de los aparatos electrónicos y cuyo ciclo de vida cada vez es más corto, mientras que le cobre sin importar la cantidad de veces que se transforme no pierde sus propiedades.

Podemos iniciar desglosando actividades de forma vertical, primero hacia atrás, es decir, el abastecimiento, la proveeduría y hacia adelante, desde nuestro proceso y hasta lo que ocurre una vez que el consumidor le de uso al producto, o incluso hacia los lados, es decir, todos los productos y sus cadenas de valor respectivas que de alguna manera están relacionadas directa o indirectamente con la minería, formando una red de colaboración en la que un proceso verde sea consecuencia del anterior, es vital tener en consideración que no se trata de saber ¿qué se hace con los desechos?, el objetivo final es no generar residuos, es decir, replicar a la naturaleza, la cual no genera desechos, todo lo vuelve a tomar como fuente de una nueva creación.

Si se involucra pues a todo del entorno de la minería,  podemos observar que las consecuencias si bien están orientadas en un inicio a la recuperación del medio ambiente, y a evitar que siga incrementando la temperatura del planeta, las acciones deben tener un enfoque económico, no se trata como ya lo han mencionado especialistas en la rama, de una obra de caridad, es un negocio, un negocio verde, que nos permita seguir generando recursos para nosotros y los que vienen, tampoco se trata de dejar de vivir con las facilidades, comodidades y beneficios que nos ha dado la evolución del ser humano, se trata de no dejar una huella negativa en el paso de nuestra existencia dejando un futuro posible para las próximas generaciones.

Julio César Guerra Moreno
Docente del Posgrado en Economía y Administración Minera