No es lo mismo introversión que timidez. El tímido siente temor frente a otras personas y a las relaciones sociales, mientras que el introvertido disfruta de estar cerca de aquellos a quienes aprecia.

Las personas introvertidas pueden ser grandes gestores del cambio. Solo tenés que descubrir las fortalezas de su personalidad y confiar en ellas.

Estas son solo algunas:

1. SE CONOCEN MUY BIEN: Los introvertidos disfrutan de su propia compañía. Saben a la perfección de qué son capaces y de qué no y por lo tanto reconocen sus propios límites.

2. CAPACIDAD DE OBSERVACIÓN: Son excelentes observadores y tienden a analizar las situaciones de forma profunda. Suelen estar siempre alerta y conscientes de cada detalle o cambio que se genere.

3. TRANQUILIDAD Y MODERACIÓN: Prefieren manejarse con cautela y elegir sus palabras con muchísimo cuidado. No pierden el tiempo con charlas innecesarias. Prefieren hacer antes que decir.

4. BUENOS OYENTES: En una reunión escuchan el panorama completo y piensan para sus adentros las ventajas y desventajas de lo planteado. Nunca será el primero en dar su punto de vista.

5. SON INDEPENDIENTES: Suelen ser muy buenos colaboradores ya que son de las personas a las que se les da una instrucción clara y avanzan en esa dirección. En ese sentido saben cómo mantenerse firmes y seguros.


¿Agregarías otra fortaleza? ¿Te consideras extrovertido o introvertido en tu trabajo?


Fuente: Adaptación libre

Imagen: Giulia Pintus